jueves, 24 de octubre de 2013

Carbones y emociones (+fotos, audio y videos)

Carboneros de Manatí

"- ¡Ay! ¡Así que ustedes son de la radio! ¿Y dice que viene a entrevistarnos? ¿Pero… si aquí no hay na΄? Nosotros vivimos horno-carbón-manatiaquí y estamos acostumbra´o a hacer carbón". Estas son algunas de las palabras que nos dijo Edelmira Pérez Rojas al recibirnos en su casa. Esta señora, de más de 70 años, es una productora de carbón y vive en “La Carbonera” de Manatí, comunidad ubicada en la carretera que comunica la cabecera municipal con Playa “Los Pinos”. 

Ese día muchos fueron los encuentros emocionales, entonces comprendimos cuál era la realidad de estas personas. Alguien dijo de pronto la máxima filosófica de: “Pienso como vivo, no vivo como pienso”. Muchas veces habíamos recorrido aquel camino sin detenernos, pero en esta ocasión las circunstancias fueron diferentes.
Los esfuerzos actuales del territorio por llegar a las comunidades rurales se han divulgado en Radio Manatí, sobre todo los resultados de las Intervenciones Comunitarias, como parte del proyecto “Por nosotros mismos”; pero este podría ser el momento de estar despertando de un sueño aletargado. El caminar por esta tierra caliente y carboneada marcó la diferencia. 
· La comunidad y su gente
“La Carbonera” tiene catorce viviendas, una escuelita, una tienda y la soledad del territorio ocupado. Abel Alcolea Vargas, comunitario de la zona, es el mayor productor de carbón del municipio. Su horno aún humeaba cuando lo sorprendimos atareado con su cuidado, "este lo montamos hace como tres días. Es de palos buenos. Menos mal que la trajimos de cerca".
Junto a Abel, más de una veintena de carboneros de la comunidad trabajan bajo sol, sereno, lluvia, calor, frío… y las plagas de mosquitos y jejenes para convertir madera en carbón vegetal. El esfuerzo de su empeño se ha visto premiado con excelentes resultados económicos.
La ingeniera Ladisnay Pérez Velázquez, directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Forestal Manatí, reconoce al aporte que hacen estos hombres y mujeres de “La Carbonera”. "Según el balance de agosto, la brigada produjo 2749 sacos. Esto la ubicó casi 250 por encima del plan. Eso en toneladas representó alrededor de 50".
Decirlo así en cifras puede parecer frío, un número más, pero lo cierto es que esa producción representa mucho para nuestro territorio y para la economía del país. De acuerdo con estadísticas de la UEB Forestal, en el periodo enero-agosto de este año la brigada de “La Carbonera” acumula más de 235 toneladas del producto. 
Este carbón tiene como mercado fundamental a países europeos, donde goza de preferencia por su calidad. Esto se diagrama-horno-carbón-manatitraduce en ingresos monetarios para las familias del lugar, tanto en moneda nacional (MN) como en pesos convertibles (CUC), pues la producción está vinculada a los fondos exportables del municipio.
Maura Cabreja Sobrino, contadora principal de la UEB Forestal Manatí, expresó que por cada kilogramo producido los carboneros reciben 60 centavos en MN y dos centavos en CUC. "Así que es muy fácil sacar la cuenta. Por ejemplo, —explicó, si tomamos la cifra total lograda en agosto de este año, que fue de 2749 sacos y hacemos los respectivos cálculos, tendremos que la brigada ganó 32 mil 988 pesos y 489.76 CUC. Son cifras nada despreciables".
Pero “La Carbonera”, no es solo carbón. Allí también se desarrollan otras iniciativas para mejorar las condiciones de vida de los comunitarios. Entre los proyectos se encuentran la ampliación del servicio de acueducto, en tanto ya es una realidad la electrificación pública y la terminación del almacén para acopio de carbón.
En las pesquisas realizadas conocimos al equipo que atiende esta zona por el Poder Popular en el municipio. Así expresó Eduardo Bernal Monfort, integrante de este grupo y director de la Casa de la Música“Barbarito Diez”: “Tenemos un compromiso difícil, porque es un reto incidir en la comunidad; pero primero necesitamos mejorar las condiciones subjetivas. A ellos no les parece importar nuestra ayuda. En las visitas que se han hecho, se ha pretendido como principales objetivos embellecer la comunidad, terminar las ventanas y puertas de ocho casas del plan, pintar, cercar los patios, sembrar árboles frutales y posturas de flores en el jardín y limpiar toda el área hasta la línea del ferrocarril. Nada de esto es posible sin el esfuerzo de todos”.
· Proyectos
- Yo estoy aquí para hacer carbón, de eso vivo, ¿pa´ qué tantas flores?
Esta fue la respuesta casi robada en la voz del carbonero que nos miraba con asombrosa pasividad. A pesar de las condiciones higiénicas y constructivas de sus viviendas, no parece preocuparles mejorar sus modos de vida, si bien es cierto que la entrada económica es sustancial.
Ante estas condiciones, ya caracterizadas, la Sede Universitaria Municipal “Geonel Rodríguez Cordoví” cuenta con un proyecto con financiamiento en moneda nacional, que se encamina a extender sus acciones de capacitación a esta zona. La profesora Mirna Rosa Rodríguez Benítez explicó que “el proyecto propone actividades de extensión universitaria y tiene como objetivo incidir en el modo de vida de los habitantes de la comunidad”. Aseguró que “los esfuerzos no son suficientes, teniendo en cuenta la mentalidad que prima entre los carboneros”.
Otra vez vino a nuestra memoria la historia de Nemecia y sus zapaticos blancos: la flor carbonera que perseguía un sueño. Lo diferente es que ella deseaba tener zapatos blancos.
Familias disfuncionales son normales en “La Carbonera”: alcohólicos; relaciones sexuales entre familias… Es triste ser observador de conductas que tildan en ser inhumanas, además del bajo nivel cultural, enfermedades y el empobrecimiento de los valores.
· La partida carahata-manati
Nos marchamos con el compromiso de un próximo regreso. Todos somos responsables de ese cambio. Es difícil, pero no imposible. Es necesario asumir el problema para que pueda tener alguna solución.
¿Se le han dado oportunidades para que cambien? ¿Hasta dónde somos responsables, durante todos estos años del deterioro de sus vidas?, ¿cómo remediar los errores del pasado?
En la lejanía se puede ver el desolador paisaje a través de la ventanilla del caharata que nos sirvió de transporte. Las ropas sucias por la negrura de hollín, tendidas en los cordeles de las casas, siguen contando la historia. Ya no podremos pasar jamás indiferentes.




















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